sábado, 19 de mayo de 2012

intrumentos

Aunque el sonido marcial de pequeñas bandas de instrumentos de metal pobremente ensayados parece formar parte integral de la mayoría de fiestas sudamericanas, las tradiciones musicales andinas emplean una variedad de instrumentos que se remontan a los tiempos precoloniales. Sólo tiene raíces europeas el popular charango, similar al ukelele (basado en al vihuela y la bandurria, de origen español, formas antiguas de la guitarra y la mandolina). A principios del siglo XVII los nativos andinos ya habían mezclado y adaptado los diseños españoles en uno que reproducía mejor su escala pentatónica, un instrumento de diez cuerdas de tripa de llama (dispuestas en cinco pares) y una caja de resonancia de quirquincho (caparazón del armadillo). Los charangos modernos apenas son diferentes de aquellos otros modelos antiguos, aunque el material que se emplea actualmente para fabricar las cajas de resonancia es la madera, debido tanto a la escasez y fragilidad de los quirquinchos, como a los esfuerzos por mejorar la calidad del sonido. Otro instrumento de cuerda, el violín chapaco, tuvo su origen en Tarija y es una variación del violín europeo. Es el instrumento favorito entre Semana Santa y la fiesta de San Roque, que se celebra a principios de septiembre.
 
Antes de la llegada del charango, la melodía estaba exclusivamente a cargo de instrumentos de madera y de viento. Los más reconocidos de todos ellos son la quena y la zampoña (flauta combinada), que aparecen en la mayoría de las actuaciones musicales tradicionales. Las quenas son sencillas flautas de junco que se tocan soplando por un orificio en un extremo. Las zampoñas más complejas se tocan forzando el aire a través de los extremos abiertos de juncos atados juntos por orden de tamaño, a menudo en hileras maricadas culas. Tanto las quenas como las zampoñas aparecen en una amplia variedad de tamaños y gamas tonales. Aunque la quena estaba destinada originalmente a interpretaciones solistas de piezas musicales conocidas como yaravíes, las dos flautas se tocan ahora como parte de un conjunto musical. El bajón, una enorme flauta combinada, con boquillas separadas en cada junco, acompaña las festividades de las comunidades de moxos, en las tierras bajas de Beni. Mientras se toca, se tiene que apoyar en el suelo, o ser transportado por dos personas.
Otros destacados instrumentos de viento incluyen el tarka y el sikuri, instrumentos importantes de las tarqueadas y sicureadas del altiplano rural, así como el pinkillo, una flauta de carnaval de la que se obtienen diversos tonos agudos. Los instrumentos de viento hechos de madera y propios de la zona de Tarija son el Erke, la caña y la camacheña. El erke, y también el Pututu, están hechos de un cuerno de vaca y se toca exclusivamente entre Año Nuevo y Carnaval. Desde la fiesta de San Roque (a principios de septiembre) hasta fin de año, se utiliza la camacheña, un tipo de flauta. La caña, un palo de caña de tres metros de longitud, con un cuerno de vaca en un extremo, es similar en cuanto a su aspecto y tono al cuerno alpino.

                                                                                                    

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